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A pesar de que estoy mejor de salud física, me he quedado más tiempo a vivir en la casa de mi mamá. He de decir que la estancia acá me ha ayudado mucho con mi salud mental. Realmente, la tristeza y angustia que estuve experimentando antes de enfermarme han disminuido durante el tiempo que he estado aquí. He podido hablar con mi mamá, realizamos las comidas del día juntas y nos acompañamos durante todo el día. El insomnio que yo experimentaba ha disminuido: logro dormir más horas; también tengo mejores hábitos higiénicos: anteriormente, me costaba mucho tomar una simple ducha. En resumen, creo que la soledad que experimentaba en mi propia casa no me estaba ayudando para enfrentar el confinamiento, ni las consecuencias de la pandemia en mi vida. Desde que estoy acompañada, veo las cosas con mayor optimismo y he comenzado a tratar de planear lo que debo hacer para mejorar mi situación de cara a estas difíciles circunstancias. Por otra parte, creo que mi mamá también está contenta de que yo esté aquí y me quede un poco más. Veo que se esfuerza por hacerme sentir bien en su casa. Es bonito cuando alguien te demuestra que disfruta de tu compañía.
February 28, 2021